martes, 26 de diciembre de 2006

Los cuernos

Voy a romper un poco la tónica natural del blog y ha hablar de algo que por alguna razón ocurrida en los últimos dias ha venido rondandome la cabeza.
Es el tema de los cuernos ó infidelidades aunque no se como llamar a esto para que se adecúe a mi experiencia ya que técnicamente no era una infidelidad pues no existía ningun tipo de engaño ni de secreto. El caso es que mi Ama con alguna frecuencia decidia que necesitaba sexo completo con alguien, cosa ésta que nunca tenia conmigo. No voy a contar detalles previos ni nada por el estilo, solo quería decir que siempre tuve para mí esos momentos como los peores en mi vida pues mi Ama, su cuerpo eran para mí lugar sagrado...yo podia acariciarla, besarla, comer, tocar, lamer y en ocasiones entrar en ella si bien nunca jamás ni una sola vez me permitió tener mi propio placer en su interior. No me quejo de nada, al contrario yo siempre gocé una enormidad dándole lo que esperaba y necesitaba de mí y siempre estuve contento y feliz de ser una herramienta útil para su placer.
Cuando llegado el momento de que mi Ama gozara del sexo con otro hombre yo debía estar presente si aquello ocurría en casa y mirar. La forma siempre era la misma, mi Ama me llevaba al dormitorio, me hablaba y me contaba lo que pensaba hacer y las razones por las que lo haría, luego me preguntaba como estaba y como me sentía, me preguntaba tambien si la quería y en que grado lo hacía, si entendía la naturaleza de lo que iba a ocurrir y si sería capaz de comportarme como me había venido enseñando y si sabría estar a la altura de lo que esperaba de mí y si podría luego una vez terminado todo sentirse orgullosa de mí. Yo decía a todo que sí, que nada había mas importante en mi vida que su felicidad y su gusto y placer y que la quería mas de lo que se puede querer. Me besaba, uno de esos besos suyos de volverse loco, de los que te sacan el espíritu y te dejan rendido a verlas venir, el cuerpo flojo como ido y el pene encerrado peleando por cubir el maximo espacio disponible en el cinturon de castidad hasta que ya no puede mas por que no hay mas lugar para él, despues me hace colocarme al lado de la cama que va a ocupar Ella y hace pasar al otro hombre, después de eso mi Ama se entrega al goce del sexo y yo debo quedar quieto, mirar y nada más...pero me cuesta horrores, por un lado se que no debo mostrar emociones ni mover un músculo pero el cuerpo me pide acercarme y defender a mi Ama de lo que para mí es un acto ultrajante, un ultraje a quien es para mí mi razón de ser y eso me pone enfermo por que sinceramente a duras penas me puedo contener y por otro lado, mi parte racional, la que ha sido enseñada y entrenada me dice que tranquilo que no ocurre nada que mi Ama no quiera que pase, que todo está bien, que Ella está gozando con ese acto y que yo debo participar de su placer estando ahí como mi Ama ha decidido que esté. La excitación que tenía siempre despues de su beso se acababa viniendo a abajo una vez dejamos de estar solos, mi Ama siempre trató que consiguiera mantenerme excitado en el transcurso del acto sexual con el otro hombre pero yo no era capaz de ello por lo que Ella solia recurrir a apretarme los testículos, a hacerme daño en ellos siempre controlando todo muy bien pues me conocía y conocia mi cuerpo como el suyo propio y sabía hasta donde podia llegar, con esa maniobra mi pene reaccionaba y crecia en la medida de lo posible, esto es, muy poco dentro del cinturón pero a mi Ama le gustaba así y mi cuerpo hacía lo que Ella queria. Dolor fisico y dolor mental, placer fisico y placer mental y eso unido llevaba a mi Ama a unos maravillosos orgasmos, unos increibles momentos de goce que yo veia en primer plano en su cara pues Ella a parte de besarme, solia acariciarme la cabeza y la sujetaba para que pudiera mirar a sus ojos y verle en la cara los efectos de su placer. Si después de acabar con el otro hombre quedaba satisfecha, éste se iba y entonces yo subia a la cama y dormiamos, dormir dormia Ella mientras yo lo intentaba como si hubieramos gozado ambos y tras acabar calleramos rendidos de cansancio. También podia ocurrir que mi Ama necesitara más y en ese caso yo satisfacía su necesidad con mi lengua hasta que me decia "basta ya está bien así" depués de calmada solía quedarse muy dormida conmigo detrás suyo abrazándola y sintiendo yo su cuerpo sudoroso rozando el mio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es dificil encontrar una persona con las ideas realmente claras y lo que es mas importante, con el valor de llevarlas a cabo y el de vivir su propia vida... Me gusta la gente seria y la gente leal, me gusta alberto y me gusta su blog.

DOMADORA.

Anónimo dijo...

Hola, estoy en el mismo barco que tú, pero, este es uno de mis limites infranqueables, no puedo estar de acuerdo con la infidelidad, por parte de nadie, ni podría servir a una mujer que me es infiel, pués me seria imposible respetarla, admirarla, ni amarla.

No digo que este mal o bién, no cuestióno nada ni a nadie, Hablo de como lo veo yo, tengo mi orgullo, como esclavo también, lo le entregué a mi Dueña, era tan unico como lo que ella me dio a mí, se lo dí, porque era ella, porque es mi modo de expresar mi amor por ella,porque era unica, para mi,y porque me llenó de placer y felicidad hacerlo,¿como acéptar que estuviera con otro?, si,ella es unica, para mi, yo he de serlo para ella.

No soy un hombre que quiéra o necesite sentirse por debajo de los demas, no creo en la superióridad femenina, menos aún en la masculina y , desde luego, no hay nadie que sea más que yo, igual, si, no soy de segúnda, ni creo que un hombre sumiso, sea menos que un hombre no sumiso, de creer algo, creería lo contrarío.

Por ultimo, tampoco lo entiéndo desde un punto de vista dominánte, la infidelidad, para mí, no es una cuestión de D/s, es de paréja,y es implicito a la paréja, el no traiciónarse, sé, que la mayoria de la gente, no piénsa asi, esto me dá igual.

Felicidades por tu sinceridad y un saludo